jueves, 31 de enero de 2013

¡Viva el fútbol!

Partido inmenso el jugado ayer entre el Real Madrid y el Barcelona en el Santiago Bernabéu. Al final empate a un gol. Fàbregas adelantó a los azulgrana, y Varane puso las tablas. Los dos equipos ofrecieron un espectáculo grandioso. Cada uno fiel a su estilo. El Madrid jugando a la contra y el Barcelona al tiqui-taca que tantos éxitos le ha dado. Lo más importante en estos casos es que el público disfrutó de lo lindo.

Sublime partido de Özil, de Piqué —que jugó todo el partido con una amarilla e hizo un trabajo excepcional—, y sobre todo de Varane y de Iniesta. Para mí los mejores del partido. Por cierto, sigo insistiendo. El Balón de Oro debería haber sido ya para el manchego. Es impresionante lo de este chico, incluso arrancó aplausos en la parroquia blanca. ¿Y Ronaldo y Messi? Mal. Desaparecidos. El portugués lo intentó más, pero ninguno tuvo su noche.

En resumen, un partido magnífico e igualadísimo. Tras el encuentro, los jugadores de ambos equipos dijeron —y con razón— que habían jugado mejor que el rival, que habían "perdonado" sus ocasiones y que habían merecido más. Todos tenían razón. Esa es la belleza del fútbol. Ahora toca resolver la eliminatoria en el campo del Barcelona, por lo que el conjunto azulgrana parte con un plus de ventaja. Las espadas quedan, pues, en alto.

Piensen.
Sean buenos.

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