sábado, 6 de octubre de 2012

La rotonda de Valdebebas

Esta mañana, Miguel, mi hijo mayor, de 9 años, ha disputado un triangular en Valdebebas, la ciudad deportiva del Real Madrid contra los benjamines del Real Madrid y del Illescas. A la hora de su partido los jugadores del Real Madrid han estado entrenando para enfrentarse, mañana, al Barcelona en el Camp Nou. Mi hijo, haciendo caso omiso de mis doctos consejos, ha decidido ser seguidor del Real Madrid en lugar de aficionarse al Racing de Santander como su padre...

Una vez concluídos los partidos, mi hijo, junto a otras 20 personas —no había más gente allí— estaban en la famosa rotonda de Valdebebas esperando la salida de sus ídolos para poder verlos de cerca. Por allí han pasado Özil, Morata, Khedira, Kaká, Ronaldo... y ninguno se ha detenido siquiera un segundo. Todos han pasado a unas velocidades vertiginosas... excepto Casillas, que ha parado unos minutos con unas aficionadas, se ha hecho fotos y ha firmado autógrafos. Es todo lo que le piden.

Entiendo que es un verdadero suplicio pararse todos los días a saludar a los miles de aficionados que se agolpan constantemente. Pero ¿no se le ha ocurrido a nadie del Real Madrid a obligar a sus megaestrellas a parar cinco minutos con sus aficionados mientras les entregan unas postales con su foto y su firma? No tardarían nada. Podrían hacerlo de forma rotatoria. El club asignaría qué jugadores salen cada día y tendrían a los niños contentos, y la salida de la ciudad deportiva sería mucho más segura, evitando los posibles accidentes que se podrían producir allí.

Piensen.
Sean buenos.

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